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Wednesday, June 6, 2007

Pedro Mir


Pedro Mir: Poeta Nacional
Es muy probable que la presente generación de jóvenes dominicanos no conozca muy poco o nada acerca de nuestro Poeta Nacional, Don Pedro Mir. Por eso, voy a dejar que sea él mismo el que nos haga una especie de la introducción:

“Puedo decir que efectivamente la poesía me atrapó a mí, por la circunstancia de que yo escribía versos desde mi adolescencia, pues hice por supuesto estudios de retórica en la escuela normal y me consideraba un versificador de primera clase, de la talla de los modernistas pero yo no entendía que eso fuese la poesía y por supuesto yo no sabía lo que era la poesía, pero un personaje de la literatura dominicana muy conocido en Venezuela, Juan Bosch, fue presidente de la República, era director de la página dominical de un periódico y por una serie de circunstancias llegaron a manos suyas mis versos, sin que se los enviara yo, aquello concluyó que sorpresivamente me Presentó en la Página de este periódico, cito: como el Poeta social esperado y a partir de ese momento comencé por preguntarme si era el poeta social esperado y así entré en la literatura dominicana. Esto fue por el año 1937. Dos semanas después Bosch abandonó el país, no nos volvimos a ver sino diez años después nos encontramos en La Habana. En 1949, yo le llevé unos versos míos, esta vez si fui yo quien los llevó, él los recibió con un calor enorme y dispuso su publicación. Este libro apareció con el nombre de "Hay un país en el mundo", ese libro es verdaderamente el que me introduce a mí en el reino de la poesía, todavía hoy, esta tarde, se recitaban unos versos escritos en año 1949”

Pedro Mir nació el 13 de junio de 1913, "allá en [San Pedro de] Macorís del Mar, pueblo pequeño y mío/hondo rincón de aguas perdido en el Caribe", (dice el mismo poeta). Hijo de un mecánico industrial cubano que se estableció en San Pedro de Macorís a principio del siglo XX y de la portorriqueña Vicenta Valentín. Pronto abandona su ciudad natal y se dirige hacia Santo Domingo para estudiar y trabajar a la vez.

Es de rigor establecer que sus mejores versos los escribió en su juventud, cuando las condiciones económicas eran muy precarias, los zapatos rotos y la última colilla que se apagaba en mucho tiempo. Leyó mucho desde muy joven y tuvo una activa vida interior; planteándose problemáticas abstractas, y acentuando un sentimentalismo profundo, que se exalta más en la juventud.

El ingenio, la ironía, la comunicación se transmitían en la obra de un poeta luchador por la libertad de su Patria, llegando al sentimiento de su generación, y planteando las problemáticas de la realidad dominicana.

Pedro sigue con sus estudios hasta alcanzar el doctorado en Derecho en 1941. Bien pronto va a comenzar su oposición firme y frontal a la dictadura de Trujillo.

En 1947, señalando que tiene problemas graves de salud, logra escapar a Cuba, para vivir muchos años fuera del país. Desde La Habana, donde fija su residencia, comienza la gran obra del poeta. Allí publica Hay un país en el mundo, para mí, su mejor poesía.

Regresa a nuestro país en 1968, e ingresó como profesor a la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), dedicándose a la investigación histórica y estética, al ensayo y periodismo literarios.

Admirado por los jóvenes, el poeta, como hará durante toda su vida, se muestra vacilante sobre su obra al regresar a su patria tras un largo exilio. Siempre, desde aquellos primeros años en San Pedro de Macorís, casi va a ser poeta pese a él mismo. Dudas, vacilaciones y desánimos muchas veces se apoderan de este hombre inquieto, con sed que no se apaga nunca de descubrir, saber e investigar más.

Su obra fue reconocida y valorada. Le otorgaron el Premio Anual de Poesía por su poema El Huracán Neruda. Por su ensayo Sobre la doctrina Monroe recibió el Premio Anual de Historia. En 1984, el Congreso Nacional lo declaró Poeta Nacional. En 1993, fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura por la Fundación Corripio y la Secretaría de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos.

Falleció el 11 de julio de 2000.

Autor:
Ramon A. Cabral

www.victorsuarez.com.do

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