Niní Cáffaro lleva 15 días desde su juramentación como nuevo director del Teatro Nacional Eduardo Brito, y para él han sido intensos los trabajos en esa institución cultural.
Ajustarse no le ha sido difícil, pero ha tenido que poner un extra. Media hora para conversar y pocos minutos para la sesión de fotos porque la agenda de ese día contemplaba un recorrido a las 11:00 mañana con el embajador de Taiwán, Isaac Tsai, para supervisar la remodelación (con fondos donados por esa nación) de los camerinos, cuyos trabajos estarán terminados finales de este mes.
La primera pregunta tuvo que esperar un poco, antes que el legendario intérprete de “Por amor” se quejara de lo congestionado del tránsito, el aumento de los combustibles y las pocas remesas que están enviando los dominicanos desde el exterior. Todo eso lo atribuyó a que “la cosa está dura”.
Pero la dificil situación al parecer se detendrá en las puertas del teatro. Proyectos en el papel, otros que ya están en marcha y una lista de espectáculos que se realizarán durante todo el año mantendrán muy activo el prestigioso escenario, dijo Cáffaro.
“Estos primeros 15 días de trabajo han sido de mucha satisfacción. He podido irme involucrando y conociendo la intrígulis que tiene el teatro.
Lo primero que estoy haciendo es comenzar a estudiar todas las áreas, poniendo en paz a todo lo que es el personal, que no es que esté en conflicto, sino ponernos a trabajar en equipo”, dijo en momentos en que su secretaria se le acercó para que firmara un documento.
Su misión como décimo director del Teatro Nacional, dijo, es enaltecer cada espacio que compone la institución con las mejores propuestas, pero sobre todo con calidad para que el público sea el más beneficiado.
“El ministro me ha dado mucha potestad para trabajar libremente, lo que es un signo de mucha confianza hacia mi persona, que agradezco infinitamente.
Ese empeño que debo poner para agradecer este nombramiento que me ha hecho el presidente de la República [Leonel Fernández], de privilegiarme en este puesto, lo voy a estar poniendo cada día más para los fines de robustecer lo que es la dirección del teatro y su función, ser un pilar del arte y la cultura, traer todo lo mejor para entregárselo al público en cada una de nuestras áreas”, prometió.
Antes de que el grueso de las funciones comience, sostiene que ha iniciado un acercamiento con los productores de obras, musicales y conciertos para escuchar sus quejas, pero también para aclarar que deben respetar las normas de la entidad y apegarse a los contratos.
Uno de los incovenientes que dijo existían es que la agenda de los eventos se anotaba a lápiz y papel, pero que desde ahora se manejará a través de la computadora. Desde luego, uno de sus compromisos es continuar los esfuerzos para corregir las filtraciones que afectan al teatro nacional para lo cual dijo se están realizando las evaluaciones correspondientes.
“No descansaré en dar a este lugar el respeto que se merece. El primer empeñado soy yo, porque no quiero que me tachen al final de mi carrera. Le temo mucho al qué dirán, y quizás esta sea una de las razones por las que donde quiera que estoy doi el cien por ciento”, afirmó.
Trayectoria
Premio a la carrera de una leyenda
Hombre respetuoso pero a la vez franco, así se le conoce a esta gran figura que lleva más de 50 años en el canto. De su antesesora en la dirección del Teatro Nacional, solo tuvo elogios al definirla como una gran dama que enalteció esta entidad. Sin embargo, entiende que cada persona tiene su estilo al frente de una entidad. “Para cualquier artista esto significa un reto, para mí es un premio a mi carrera”. |