Cultura Dominicana
La influencia africana en el lenguaje dominicano no es muy significativo, pero aún así es posible rastrear numerosos vocablos importados por el esclavo negro y que se han incorporado al léxico popular. Una gran parte de esos vocablos es común a otros países antillanos, como Cuba y Puerto Rico. Citamos, entre otros, las voces bemba, bachata, guineo, quimbamba, añangotarse, etc.
Si la cultura dominicana es una simbiosis rica y dinámica de distintas influencias -indígena, negra, española- conviene preguntarse en qué momento de la historia de Santo Domingo comienza a producirse esa simbiosis. La respuesta no es fácil y para encontrarla habría que remontarse, tal vez, a los comienzos del siglo XVIII, cuando lo que Veloz Maggiolo denomina el "sentido del criollismo", empieza a surgir a partir de las devastaciones del gobernador Osorio, hecho que condujo, a la división de la isla en dos colonias.
El término criollo, aplicable en sentido general a todo lo originario de los países americanos, estaba reservado exclusivamente, a partir del siglo XVI, para denominar a los hijos y nietos de africanos nacidos en estas tierras. El documento más antiguo que atestigua la presencia de esa palabra se encuentra en el testamento de Juan de Castellanos, en la parte que hace relación a los esclavos domésticos, propiedad de este autor. En esa relación aparecen los nombres de varios esclavos domésticos, como "Ambrosio, negro criollo"; "Andrés, criollo de Santo Domingo", etc.
(Álvarez: 1974). En 1590, el padre Acosta lo utiliza para nombrar a los nacidos de españoles en Indias, y el Inca Garcilaso de la Vega lo aplica indistintamente a los españoles y negros. Ya en el siglo XVIII el adjetivo criollo designa a todos los nacidos en América, no importa la casta o mezcla de donde provengan. Se exceptúan de este calificativo a los descendientes de indígenas.
El criollo, o nacido en América, inició así un proceso de adaptación a la tierra y al clima que lo obligaron a rechazar la cultura de sus mayores para crear otra más acorde con su medio ambiente. Ese vivir diferente es el que da origen a la cultura criolla, distinta por tanto a la de los europeos que siguieron llegando al Nuevo Mundo.
El criollo, o nacido en América, inició así un proceso de adaptación a la tierra y al clima que lo obligaron a rechazar la cultura de sus mayores para crear otra más acorde con su medio ambiente. Ese vivir diferente es el que da origen a la cultura criolla, distinta por tanto a la de los europeos que siguieron llegando al Nuevo Mundo.
Existe documentación que prueba que en ciertas zonas americanas, como en México, esos matices culturales diferenciales son ya observables en las postrimerías del siglo XVI. Un ejemplo evidente lo tenemos en la obra de Juan de Cárdenas, médico sevillano que en su obra, editada por primera vez en 1950, se refiere a las novedades que en cuestión de modales, expresiones verbales y actitudes mentales distinguen al nacido en Indias del "cachupín venido de Indias".
El proceso de formación de la cultura dominicana, que puede situarse a partir del siglo XVII, responde pues a la necesidad del criollo de adaptarse al hábitat donde vive y es el resultado de un largo y prolongado mecanismo de transculturación que se inicia sobre todo a partir de la cultura española, lógicamente predominante, a la que luego se mezclarán ingredientes procedentes de la aborígen y africana.
A estos ingredientes habría que añadir los derivados de etnias y nacionalidades de inmigración reciente, como la árabe, la asiática y la judía, si bien esta inmigración no es muy significativa en el proceso de criollización cultural.
¿Pertenece la cultura dominicana a lo que se conoce como el "área cultural" del Caribe? La expresión "área cultural" es un artificio inventado por los antropólogos para designar un espacio geográfico dentro del cual conviven pueblos que presentan culturas más o menos parecidas.
Ahora bien, lo que llamamos "Caribe" ha sido delimitado de diversas maneras. Ciertas clasificaciones hacen comprender en él solamente a las islas que bañan el mar de las Antillas y el Atlántico, pero otras incluyen Centroamérica y la costa norte de Sudamérica. Por otra parte, lo que Wagley denomina "la esfera de la Plantación", cuyos rasgos define a partir fundamentalmente del Caribe, abarca no sólo las zonas señaladas, sino también el sudeste de los Estados Unidos.
Es obvio que la cultura dominicana en nada se asemeja a la centroamericana, ni a la del sudeste norteamericano, y los rasgos que comparte con los países de la costa norte de Sudamérica son bien pocos. Habría entonces que delimitar el espacio del "área cultural" del Caribe, para que en él pudiese tener cabida la cultura dominicana a las dos Antillas: las mayores y las menores. Pero las primeras incluyen a Jamaica, cuya cultura es muy diferente a la nuestra, y en cuanto a las segundas, colonizadas por diversas potencias europeas, apenas es posible observar ciertos rasgos comunes. Tal vez los dos únicos países que más se parecen culturalmente al dominicano sean Puerto Rico y Cuba y, en menor medida, Haití.
Por otra parte, la "esfera de plantación" o afroamericana señalada por Wagley (1968) abraza el noreste del Brasil, la Guayana francesa, Surinam, Guyana, la costa caribeña de América Central, el Caribe y el sudeste de los Estados Unidos. El propio Wagley ha sumarizado los rasgos comunes a esta región, de los cuales los más importantes son: monocultivo bajo el sistema de plantación, estructura social rígida, sociedades multirraciales, débil cohesión comunitaria, pequeños propietarios campesinos bajo el régimen de subsistencia y régimen familiar de carácter matrifocal, todo ello influido por supervivencias negroafricanas tanto en el folklore como en las creencias religiosas.
Qué rasgos de los indicados se encuentran en Santo Domingo es difícil de indicar, pero parece que una estructura social rígida no es aplicable a la cultura dominicana y la matrifocalidad de nuestra familia es muy discutible. Grupos como los Bush Negro de Surinam y la Guayana francesa o los Caribes Negros de St. Vincent, son totalmente ajenos, culturalmente hablando, al pueblo dominicano.
Si existe una cultura del Caribe en la cual esté incluida la dominicana es requisito obligatorio definir previamente cuál es el espacio geográfico implícito en ese término y qué se entiende por esa cultura.
Danza Ritual de Palos o Atabales
Esta danza íntimamente ligada a la celebración de los luases, aunque no es la única en que se practica. La versión presentada permite apreciar a los Reyes Los Palos, que son el que es la más extendida geográficamente y todo dominicano la conoce.Hay lugares que se han desatado más, como son: San Juan, Cabral, Barahona San Francisco de Macorís, Cotuí, La Vega, El Seibo e Higüey. Es un baile de una sola pareja que es rodeado por espectadores que se agrupan alrededor, hay derecho a improvisar y bailar hasta que alguien les toca el hombro, indicándoles con esto su deseo de sustituirlo. La coreografía debe variar hasta final, casi siempre la mujer es la que pone el baile, para que el hombre la siga y no se salen de de los patrones ya establecidos.
Oli, Oli, Oli
Comparsa del carnaval de Samaná, de gran fuerza escénica, que difícilmente puede olvidarse una vez vista. Es baile interpretado únicamente por hombres, los cuales llevan unos garrotes con los que golpean el piso durante las evoluciones del baile. Luego suben a algunos de los practicantes en dos de los garrotes y el que logre mantenerse arriba será paseado en hombros por los demás,a la vez que se entona un aire con palabras de patois de la península. Fue escogido por Fradique Lizardo, para ser presentado en la noche final de Miss Universo de 1977.
Baile de las Cintas
Versión de Nibaje (Santiago) de este baile cuya extensión puede decirse con propiedad que es mundial. Es baile carnavalesco, alegre y festivo, durante el cual los practicantes se acompañan con el toque de palillos.
Carabiné
Bailes de grupo circular que presenta numerosas figuras, las cuales son ordenadas por un bastonero quien dirige a los danzantes. Los instrumentos usados son el cuatro y guitarra además el baslsie. Los inmigrantes Canarios trajeron sus bailes y costumbres, notamos que la coreografía del carabine se parece a la de los bailes Canarios. Suponemos que los haitianos vieron bailar a los moradores de San Carlos y quisieron aprender dicho baile. Se logra un baile híbrido con coreografía Europea y ritmo Africano.
Magualina
Baile propio de la región sureña del país. Se practica inmediatamente después Carabiné, por lo cual recibe también el nombre de "Cola". Este baile no se brinca ni tiene figura alguna, pues no es más que la versión criolla del vals.
Mascarade o Wild Indians
Comparsa de carnaval que constituye uno de los legados de los cocolos a nuestra cultura. Baile de gran fuerza y esplendor que, por su ritmo, traje y coreografía, constituye uno de los elementos más vistosos e impresionantes de nuestro carnaval.
Ga-Gá
Conjunto de bailes carnavalescos que, aunque altamente erótico, no es obsceno- no ni pornográfico, ya que el erotismo en el mismo cumple una función de invitación a la vida y al renacimiento de la naturaleza. Consta de los bailes siguientes: Paseo - Preparación para ejecutar la ceremonia Baile de los Reyes de Loaladi - Es el simbolismo de la primavera Baile de la Muerte - Una muñeca de tamaño natural representa el mal, al cual hay que alejar para que reine el bien. Baile de los Heraldo del bien y la alegría - Se proclama la desaparición del mal y se invita a todos a participar. Salida - El grupo se aleja, buscando otro lugar donde hacer de nuevo la representación.
Caín y Abel
Simpática comparsa de carnaval de algunas ciudades del Norte del país, en la cual se escenifica la muerte de Abel a manos de Caín. La hacen dos personas que llevan el diálogo cantado.
Polka
En Santo Domingo se ha creado una versión de la Polka que, aunque sigue en principio la línea tradicional europea, ha buscado soluciones propias que se adaptan a los instrumentos que la interpretan.
Mazurka
Este baile, cuando estuvo en boga en Santo Domingo, llegó a ser tan ampliamente extendido que el pueblo se compenetró completamente con el mismo, creando una versión dominicana.
Bamboula
En esta danza se encuentran unidos elementos muy diversos, pues su coreografía evoca los movimientos de las más puras danzas cortesanas del siglo XVIII, que contrastan con el ritmo netamente africano de los tambores y los mandos de las figuras, dados en un dialecto del francés que refleja el hablado en la Luisiana a principios del siglo XIX. Esta danza ritual se practica únicamente en la Península de Samaná con motivo de la Fiesta de San Rafael.
Congos
Danza ritual de innegable de origen negro. Se practica únicamente en el poblado de Villa Mella y en San Lorenzo los Mina, con motivo de las fiestas del Espíritu Santo. Es danza coreográfica muy simple, pero hermosa.
Sarandunga
Este es el nombre de una fiesta ritual, en la cual la población negra de Baní celebra el sortilegio de verano, asociándolo a San Juan Bautista. Durante la fiesta se interpretan tres danzas y una procesión, las cuales son:
Jacana: Es la danza de las personas mayores. De las tres danzas de la fiesta es la que posee mayor cantidad de figuras. En el montaje que de la fiesta de la Sarandunga hace el BFD, la Jacana es el baile que introduce a los danzantes al escenario. Capitana: En un principio esta danza debería sólo bailarla la dueña de la imagen del santo, pero se ha hecho extensiva a los espectadores.Se caracteriza por el pañuelo blanco que agitan los danzantes. Morano: Es la procesión en la cual e pasea la imagen de San Juan Bautista por la calles de la ciudad. Bomba: En realidad Bomba y Capitana, tienen el mismo ritmo, lo que induce a pensar que, aunque se conserven los nombres y figuras de ambas danzas el ritmo de una de ellas se perdió. Pero no obstante los danzantes adoptaron las figuras de la una al ritmo de la otra. Fue rescatada por Fradique Lizardo tras una intensa labor de investigación.
Merengue
Es el baile considerado nacional por ser conocido de todos y de todos querido. Según algunos, es el prototipo del baile ciabaeño, pero otros aseguran que es de la "línea". Aunque la propagación comercial le ha agregado un gran número de adulteraciones, el Ballet Folklórico Dominicano ha preparado una composición coreográfica donde se presenta el merengue con toda su pureza. La figura central interpreta el "Merengue Campesina", recogido por Fradique Lizardo más recientemente en Licey al Medio (Provincia de Santiago de los Caballeros).
Baile de la yuca
Es un baile practicado en el mismo centro geográfico del país. Al parecer es de ritmo africano con coreografía europea, probablemente de un baile de aceituneros de la provincia de Jaén (España). El nombre de yuca nada tiene que ver con la planta del mismo nombre sino que proviene de los Djukas bantúes (Africa). Es un baile que presenta dos variantes: una cuadrada, recogida por Edna Garrido y otra redonda, recogida por Fradique Lizardo.
El Carnaval Dominicano es una de las tradiciones más coloridas y celebraciones más alegres de la República Dominicana. En el mismo participa todo el pueblo, que se lanza a las calles a disfrutar, compartir y celebrar con alegría.
Su mayor intensidad ocurre a finales del mes de febrero en su último fin de semana, aunque dependiendo de la región, se celebra todos los fines de semana del mes de febrero e incluso hasta inicios de marzo. Existen otras fechas particulares en las que algunas poblaciones celebran carnavales aislados, pero con la misma creatividad y entusiasmo mostrado en febrero por toda la nación.
Pero es febrero el mes de Carnaval en la República Dominicana y el júbilo y la celebración masiva en las calles y clubes sociales son el sello que distingue estas fechas.
En la celebración del Carnaval Dominicano se aprecia, en particular en los atuendos y disfraces, una mezcla muy variada por regiones de elementos y tradiciones africanas traídas por los esclavos transportados al Nuevo Mundo y las costumbres y ropajes europeos de sus amos y colonizadores.
Se confunden en las festividades los diablos cojuelos, con sus trajes de capa cubiertos de espejos, cascabeles y cencerros, que ridiculizan a los señores medievales, con los platanuses y otros disfraces netamente africanos, así como un sinnúmero de manifestaciones de la creatividad popular.
El Carnaval es la fiesta popular de mayor tradición de República Dominicana. Se produce desde la colonia, en víspera de la cuaresma cristiana, cuando los habitantes de Santo Domingo se disfrazaban como un remedo de las carnestolendas europeas.
Si desde el siglo XVI «hubo máscaras en la ciudad de Santo Domingo», lo cierto es que la tradición colonial creció con las gestas republicanas del 27 febrero de 1844 y del 16 agosto de 1865, al punto de que casi desde entonces nuestros carnavales se celebran en estas fechas, no importa si se encuentran fuera de las carnestolendas y por lo común ya dentro de la propia cuaresma, por lo menos la primera. www.victorsuarez.com.do, victor suarez